La música fue el destino de Juan Quintero desde que nació en una familia tucumana en extremo musical. Después, ya con una decisión tomada y una vocación, empezó a estudiar, trabajar y tocar. Y desde entonces, se ha convertido en uno de los folcloristas jóvenes más destacados de su país.
Durante años compartió escenario con la cantante Luna Monti, y ha sido parte —todavía es— de la agrupación Aca Seca Trío. Pero todo lo hizo sin nunca abandonar su costado solista, con el que vuelve a Uruguay. Hoy a las 21:00 se presentará en la Sala Hugo Balzo del Auditorio, en este formato de "rueda" en el que será entrevistado por el periodista Diego Barnabé, y luego brindará un concierto intimista y con un repertorio especial.
"Siempre sostuve esto de tocar solo, pero es más bien un lugar de la casa, de la composición y los arreglos. Ahora se está dando un poco eso de sacar para afuera esa veta del trabajo más de guitarra y canto", cuenta Quintero a El País previo al concierto de esta noche, para el que quedan entradas en Tickantel y boletería a 600 pesos.
"Y sí, esa situación me habilita a tocar algunas cosas de un espectro más amplio que el de la música argentina", añade, en referencia a composiciones propias y a otras de autores como Jorge Fandermole o Luis Pescetti, un repertorio que sólo aborda así, cuando está solo con el instrumento.
Quintero reconoce en su historia una cantidad de influencias uruguayas —desde Mateo a Fattoruso, desde Leo Maslíah a Jorge Lazaroff—, una cercanía con músicos de su camada como los hermanos Ibarburu, y también una reciente amistad con las murgas. Pero sabe, y es la camiseta que defiende, que lo suyo pasa sobre todo por la música de su país.
—¿Con qué tiempo y espacio del folclore argentino te identificás más?
—A mí me gusta porque es un reflejo de lo que es mi vida, que esté en movimiento. Siento que, a su tiempo, es una cosa que se mueve en cuanto a la geografía y en cuanto a lo actual y lo pasado, aunque no me gusta hablar en esos términos porque creo que lo presente siempre se está renovando.
—Se suele hablar de ti como renovador en el folclore argentino. ¿Cómo recibís eso?
—Yo no me encuadro con gente que deliberadamente se propuso renovar cierto aspecto del folclore. Me parece, en todo caso, una renovación natural porque aprendí de aquellos bien tradicionales y de algunos que su espíritu era romper con todo. Me gusta tomar cosas de ambos, pero yo sé que en mi interior todo tiene que ver con hacer lo más honesto conmigo.
Por los Senderosde Argentina