7 de Julio de 1950 - Fallece Baldomero Fernández Moreno, en el barrio de Flores, Ciudad de Buenos Aires. Poeta y médico rural, de origen porteño.
Primero de cinco hermanos. Hijo de padres españoles, vivió unos años en España, donde estudió humanidades. En 1899 regresó a la Argentina. Cursó estudios en el Colegio Nacional de Buenos Aires. Inició un lento aprendizaje literario, a la vez que avanzó y concluyó sus estudios de medicina en 1912, profesión que ejerció como médico rural en Chascomus (Provincia de Buenos Aires) y en Catriló (Provincia de La Pampa) hasta 1924, a la vez que desarrolló su vocación poética. Fue colaborador en periódicos y revistas, obtuvo un premio nacional y otro municipal de poesía, y fue miembro de la Academia Argentina de Letras. Fernández Moreno dio su propia versión de una poesía ciudadana y porteña; con su primer libro, Las iniciales del misal (1915), obra ya madura, señaló un alejamiento de las características más ostentosas del Modernismo a favor de una lírica llana, realista, sin patetismo ni deleite metafórico, lo que se denominó sencillismo. Éste, logrado por la disciplina que se impuso, le dio un curioso aire clásico en la forma, y de modernidad en la inquietud espiritual que transmitía su contenido.
El sencillismo no puede ser entendido como un movimiento literario en el sentido tradicional del término, aun cuando otros escritores, como Alfredo Bufano, Pedro Herreros y Miguel Caminos, hayan seguido y profundizado esta tendencia poética. En líneas generales, el sencillismo es una forma de observar y apreciar la realidad en las cosas cotidianas y sencillas, sustrayéndolas al intento de profundizar en aspectos abstractos y utilizando un lenguaje sin florilegios eruditos. La crítica literaria ha destacado el hallazgo por parte de Fernández Moreno de un camino auténtico y propio dentro de la poesía argentina, con una inflexión singular y espontánea.
En 1949 tuvo un accidente cerebrovascular y un segundo ACV le ocasionó la muerte, en su casa de Francisco Bilbao 2384, barrio de Flores. Fue sepultado en el cementerio de Chascomús.
Su obra más recordada: "Setenta balcones y ninguna flor", fue musicalizada en distintas versiones por artistas musicales de la talla de Miguel Cantilo, Alberto Favero, Astor Piazzolla y Armando Otero.
Por los Senderosde Argentina