4 de Noviembre de 1891 – Fallece Francisco “Pancho” Sierra

4 de Noviembre de 1891 – Fallece Francisco “Pancho” Sierra, en la localidad de Salto, Provincia de Buenos Aires. Trascendió en la historia popular asumiendo el papel de confesor, hombre de fe y médico.

Había nacido el 21 de Abril de 1831 Salto, Provincia de Buenos Aires.
Hizo sus estudios primarios en Salto, para luego ir a Buenos Aires a seguir sus estudios en el colegio de Rufino Sánchez y así inicia su adolescencia entre Salto y la capital federal. Terminó el secundario e ingresó en la Facultad de Medicina.

En esos momentos, la amistad con su prima Nemesia Sierra se transforma en amor, iniciando un romance que interrumpen sus respectivos padres. Abandona sus estudios y olvidándose de sí mismo se aísla en la "Estancia San Francisco" de la familia Sierra Ulloa, en Rancagua (Partido de Pergamino); en esa desaparición social ocurrió un cambio que sorprendería a todos, retornó reflexivo, abstraído, interesado en los males de los semejantes.

Después de estar en Rojas, se instaló definitivamente en la estancia "El Porvenir" en Carabelas (Buenos Aires), asumiendo el papel de confesor, hombre de fe y médico.



Surgió la fama acerca de sus dotes sobrenaturales, multiplicándose más allá de los límites del país. Lugar de peregrinos, la estancia era frecuentada por personas de todas las clases sociales.

En 1890, Pancho Sierra se casó con Leonor Fernández, de 16 años, sobrina segunda, en la iglesia "San Francisco de Asís" de Rojas.

Murió al año siguiente, año muy caluroso, con polvaredas que afectaban el tránsito y arrinconaban a los animales junto a los alambrados de los campos, asfixiándolos en muchos casos, a las 19.10 del 4 de Diciembre de 1891. Un mes antes del deceso predicho por él mismo, dio finalizada la misión que se había impuesto. No pudo conocer a su única hija, Laura Pía, nacida siete meses más tarde.

Sus exequias fueron destacadas, en esos años, por la cantidad de personas que acompañaron al féretro hasta el Cementerio del Salto y por el grupo de ciudadanos de renombre nacional que pronunciaron emotivas palabras.

En siglo XXI es uno más de los referentes mitológicos de la cultura rural de las provincias pampeanas.