Caminos de la Patria, el semillero del folclore que nació hace 20 años en el corazón de Valle Fértil

La academia lleva más de 20 años vigente enseñando y compartiendo los valores y riquezas del folclore. Sus orígenes y los desafíos en tiempos modernos.
En cada rincón de San Juan se vive el folclore de distintas maneras, pero por lo general desde temprana edad se aprenden al menos las danzas básicas. En el corazón de Valle Fértil existe “Caminos de la Patria”, la academia de folclore que lleva 20 años enseñando a enseñar y que sobrevive combinando lo tradicional con lo moderno.
Lemuel Pérez está a cargo de la academia que inició su madre. El joven sanjuanino es consciente que es el responsable de continuar con el legado familiar y lo hace con orgullo. Con la frente en alto, delante de un grupo de adolescentes detrás del escenario de la Fiesta del Chivo asegura que “sus niños” están listos para salir a escena.

Detrás de él reinan las miradas inocentes, los trajes de naranja vibrante y las pilchas tradicionales de los jóvenes que minutos después se convirtieron en gigantes bailarines en el escenario, interpretando con pasión lo que desde pequeños aprendieron, en el semillero del folclore.

La madre de Lemuel comenzó a enseñar y a compartir el folclore a los 13 años, y al tiempo le dio forma y existencia a la academia. Con el paso de los años fue conociendo lugares, personas, profesores que pasaron o que salieron de Caminos de la Patria. Asumiendo otras responsabilidades, ahora la enseñanza quedó en manos de Lemuel.

El desafío es doble para el joven vallisto. No solo continuar compartiendo los valores de las danzas folclóricas para que éstas sigan vigentes, sino encontrar la forma de lograr el equilibrio a la hora de crear, montando cuadros de folclore interdisciplinario. “Hemos hecho percusión de bombo, malambo, tango, y también hemos sumado el teatro. Ahora estamos incorporando el contemporáneo también”, comentó Lemuel.

En la academia la brecha de edad de personas que asisten es amplia. Comienza el nivel “Semillita”, con chicos de 4 a 10 años. Le sigue el ballet juvenil, con chicos de 12 a 22 años aproximadamente; y luego tienen el grupo denominado “adultos mayores”, que integra personas a partir de los 30 años.