El origen del Milagro Salteño

Orígenes de la Fe

La Fiesta del Milagro tiene sus raíces en 1592, cuando el obispo de Tucumán, fray Francisco de Victoria, donó una imagen del Cristo Crucificado al pueblo salteño. Esta imagen, junto a una de la Virgen del Rosario, había sido encontrada flotando en el puerto del Perú. Tras ser guardadas y desaparecidas durante un tiempo, aparecieron intactas en 1692, tras devastadores terremotos en la ciudad.



El padre jesuita José Carrión, convencido de que los terremotos cesarían con la procesión de la imagen del Cristo Crucificado y la Virgen María bajo la advocación de Inmaculada Concepción, organizó la primera procesión. Desde entonces, la festividad creció hasta convertirse en una de las manifestaciones religiosas más grandes de América Latina, un testimonio de la fe inquebrantable y la resiliencia de su gente.