Jorge Rojas, Raly Barrionuevo y el grupo Ahyre protagonizaron una emotiva y larga velada en Anisacate, potenciada por la música y la calidez de 6 voces talentosas.
Anisacate, el “pueblo del alto”, fue el escenario de una noche mágica donde la música vibró con una intensidad única. Miles de almas se congregaron en el predio La Yapa, el patio trasero de la casa de Jorge Rojas, para presenciar un encuentro de voces armoniosas y cálidas sobre el escenario.
Fue una juntada entre “amigos”, como aquellas históricas de viejos festivales en la que los músicos al final terminaban zapando y creando algo único, irrepetible. Se podía afinar una guitarra sobre el escenario, bromear, improvisar y hasta darle un tincazo a las agujas del reloj para que la jornada se estirara hasta pasadas las 4 de la madrugada del domingo 24 de noviembre.
El tiempo pareció no transcurrir en La Yapa
En el predio se dio la unión de tres grandes de la música popular: Jorge Rojas, Raly Barrionuevo y el ascendente grupo Ahyre. El calor de la noche se vio potenciado por la pasión del escenario, donde seis voces plenas, los 4 integrantes de Ahyre (Juan José “Colo” Vasconcellos, Sebastián Giménez, Hernando “Pony” Mónico, Federico Maldonado), más Rojas y Raly dieron muestra de una armoniosa afinación, una especie de coro de lujo que sonó para el final, como una “sorpresa” anunciada que aguardaban los más de 3 mil asistentes.
El evento marcó el regreso de los festivales a La Yapa, un lugar que desde que se inauguró respira tradición. La noche -calurosa y perfecta por cierto- llevó a que el público se volcara, para agotar entradas, comida y hasta bebidas.
Pero volvamos al escenario. Jorge Rojas, anfitrión de la velada y el tercero en salir a escena, abrió su corazón al público, compartiendo no solo su música, sino también su compromiso con la tierra que lo vio crecer. El cantautor invitó a sus colegas a unirse “en un canto de esperanza” y amor por la naturaleza.
Por los Senderosde Argentina