En aquellos años dorados de la música nativa, el cuarteto se completaba con Juan Carlos Saravia, Ernesto Cabeza, y “Pancho” Figueroa. Polo se integró para el álbum En esta zamba ausente y permaneció en el grupo hasta la despedida en 2003, recordada por una extensa y memorable gira que incluyó 26 presentaciones en el Teatro Coliseo de Buenos Aires, a sala llena.
Los numerosos clásicos registrados por el grupo, como De mi esperanza, La López Pereyra, o la Zamba del Chalchalero, resuenan aún hoy con nitidez en la memoria popular con el particular toque de Polo en los parches y el canto.
Con todo, el cafayateño, humilde y siempre sonriente, escribió su propia historia después del final de la agrupación que proyectó a la música salteña en todo el mundo, y se mantuvo activo hasta 2019.
Por los Senderosde Argentina