En el norte argentino, entre las hermosas yungas jujeñas hay un pequeño pueblo de 700 habitantes ubicado a 4.375 metros sobre el nivel del mar, ideal para el turismo y al que se lo conoce popularmente como un tesoro escondido que invita a “caminar en el cielo”.
Santa Ana del Valle Grande es una pintoresca localidad situada en el medio de un valle y fue fundada durante la época colonial. Se distingue por sus casas de adobe, bien mantenidas, con techos de carbón y sus calles estrechas de ripio que le otorgan un aspecto rústico al lugar.
A primera vista, Santa Ana del Valle Grande parece un pueblo sacado de una postal: está rodeado de montañas y en horas de la mañana una bruma suele cubrir su valle, lo que le dan un aire místico y pintoresco.
El principal atractivo de este hermoso lugar, como se mencionó antes, es que le permite a los turistas “caminar en el cielo”: es el efecto que se genera por la niebla y también porque las nubes muchas veces suelen estar bajas y forman un manto blanco similar al algodón que cubre la visión de esta pequeña urbanización.
Por los Senderosde Argentina